Cobertizos y casetas de jardín

Las casetas de jardín, o cobertizos, son espacios que amplían las posibilidades de almacenaje. Sirven para guardar los utensilios de jardinería, la leña para la chimenea, instalar un vestuario junto a la piscina, un rincón especial donde celebrar una cena íntima o crear un taller de trabajo.

Lo que quiero decir es que las casetas de jardín son versátiles, y como podemos adaptarlas a nuestros gustos y al entorno, son piezas funcionales y muy pero muy decorativas. Se pueden comprar y se pueden construir.

Aquí te dejo todo lo que tienes que saber sobre los cobertizos, esos amigos indispensables cuando vivimos en casas y el espacio no es un problema.

Qué son las casetas de jardín

Son estructuras de varios tamaños y materiales, de una sola planta, que funcionan como espacios extra de almacenaje. Generalmente se colocan en la parte trasera de las casas, en el jardín o patio, y también a veces al lado de la casa.

Materiales de las casetas de jardín

Los materiales de las casetas de jardín varían tanto como sus posibles usos. En función de los materiales, las podremos utilizar para diversas cosas.

Casetas de jardín de resina o PVC

Es un material resistente, que reduce drásticamente el mantenimiento, ya que apenas con un manguerazo la tendremos limpia. Resiste la humedad y las temperaturas extremas, y es adecuado en zonas lluviosas y húmedas.

Los acabados pueden ser similares a la madera, por lo que resultan muy decorativas en cualquier entorno, con la ventaja de que el mantenimiento es casi nulo, como ya lo comenté. Son fáciles de montar e instalar.

Sin embargo, si nos decantamos por esta opción es conveniente que escojamos un PVC que resista los rayos UV y los cambios de temperatura, para garantizar casetas de jardín perdurables.

Una alternativa original son las casetas de jardín WPC (madera y PVC), una combinación atractiva que mezcla las ventajas de ambos materiales. Son las preferidas como instalaciones de espacios infantiles.

Casetas de jardín metálicas

Otra opción bastante económica es el metal, si bien no es la mejor desde el punto de vista estético o climatológico, ya que no aíslan del frío (o del calor). Son recomendadas para almacenaje únicamente, y no para pasar tiempo dentro.

Su montaje es muy sencillo y barato, y si la intención no es ampliar el espacio vital de la casa, sino tener un depósito, las casetas de jardín de metal serán las más idóneas.

Solo hay que pintarlas cada tantos años con sustancias anticorrosivas (una vez al año si estás en una zona marítima, y con pintura resistente al salitre). En otras palabras, el mantenimiento es mínimo.

Casetas de jardín de madera

Desde la estética son las más atractivas, aportan un toque rústico al entorno y podemos utilizarlas hasta como casitas de invitados. Es el material más costoso y el mantenimiento debe ser riguroso para que esté siempre en buen estado.

La madera tiene propiedades térmicas, protegen del frío y del ruido. Es conveniente comprar aquellas casetas de jardín cuyas maderas estén tratadas térmicamente, es decir, calentadas a temperaturas altas e inyectadas con vapor de agua y funguicidas, con el fin de volverlas imputrescibles.

La desventaja es que requieren de un mantenimiento regular antitermitas y antipolillas (elige maderas tratadas en clave, resistente a los insectos), pero ofrecen una estabilidad y un poder decorativo inigualables.

Las maderas que suelen utilizarse para las casetas de jardín son el abeto, el pino o el Douglas. Las casetas de jardín de madera son acogedoras, cálidas, y permiten hacer volar la creatividad.

Medidas de las casetas de jardín

Las medidas dependerán, claro está, del espacio con el que contamos. Hablemos de conceptos generales, como la superficie total, la superficie exterior y la superficie útil de las casetas de jardín.

La superficie total es el espacio que ocupa la caseta (imagínate que la encierras en un cubo), y por lo tanto incluye el vuelo del tejado; es un elemento a tener en cuenta si el cobertizo va a estar cerca de la casa o de otra construcción.

La superficie exterior es la medida exterior de las casetas de jardín, de panel a panel; es lo que ocupa la caseta sobre el suelo.

La superficie útil es el espacio útil dentro del cobertizo, no contando el grosor de los paneles. Habrá que analizar el uso para elegir una caseta acorde a las necesidades.

Comprar casetas de jardín con suelo

Necesitamos una caseta con suelo si queremos poner algún mobiliario o guardar objetos que se estropeen con la humedad, o si el destino será una habitación de huéspedes, un taller, un estudio, etc.

Lo que más se usa es la madera, pero también existen suelos de polipropileno o PVC; muchas veces ya viene incluido con las casetas de jardín y no hace falta hacer una solera.

Comprar casetas de jardín sin suelo

Cuando se construye una solera, es recomendable instalar una capa aislante entre ella y el revestimiento, e incluso añadir una lona de estanqueidad.

Sin embargo, es conveniente un buen anclaje al suelo con escuadras de fijación, para no correr riesgos de que vientos extremos la arranquen y destrocen. Para ello, las pletinas fijadas al hormigón con pernos expansivos o tornillos es lo mejor.

El techo y materiales

Escoger el techo se relaciona proporcionalmente con la exposición a la intemperie de las casetas de jardín.

Tejados a un agua

Son convenientes cuando la caseta es adosada a la casa o a un muro.

Tejados a dos aguas

Si está algo lejos de la casa y de por sí constituye un espacio aparte, en zonas de alta pluviosidad o nevadas lo recomendable es que el techo sea a dos aguas.

Tejados planos

Sobre todo recomendados en aquellas casetas de jardín más modernas y poco expuestas a las inclemencias del tiempo.

Materiales

Puedes utilizar lámina asfáltica, tejas bituminosas, placas onduladas bituminosas o chapas de acero galvanizado. Lo importante es aislar el techo y evitar futuras goteras.

Puertas y ventanas

Dependerá del uso que le demos. Puede ser sin ventanas, con una o varias ventanas y con una o dos puertas.

Si las casetas de jardín son de solo almacenaje, mejor que sean de paredes ciegas sin ventanas.

Por el contrario, necesitaremos ventanas si se desea una fuente de luz natural o si la utilizamos como habitación de huéspedes, estudio o taller. Las ventanas pueden ser fijas, pequeñas o grandes, abatibles o correderas, según tus necesidades.

Las ventanas fijas (que no se abren) pueden ser de material acrílico, más resistente que el vidrio.

En cuanto a las puertas, el uso te dictará la más adecuada. Si es de almacenaje, lo mejor es una puerta doble. Si es para otros usos, puedes optar por una puerta corredera, que te ganará centímetros de espacio.

Estarán hechas del mismo material que las casetas de jardín, preferiblemente, aunque hay perfiles de aluminio, versátiles y aislantes, que se pueden instalar incluso en las de madera.

Dónde colocar las casetas de jardín

Al igual que con las medidas, dependerá del espacio de que dispongas y de las características de tu patio o jardín. Pero en líneas generales habrá que seguir algunas consideraciones:

No las coloques en áreas inundables, para que no se llenen de agua cuando llueva, y no las ubiques bajo los árboles, ya que pueden caerle ramas. Por otro lado, si quieres instalar electricidad, será conveniente no ponerla lejos de la fuente de energía.

Además, deja espacio alrededor suficiente por si en alguna oportunidad necesitas hacerle refacciones o arreglos.